Esta obra literaria de Lewis Carroll, plasmada en la gran pantalla por la compañía Disney, la realizó basándose en juegos de lógica espacial, juegos lingüísticos y el empleo de palabras con doble sentido; que la población infantil va seleccionando e investigando mientras observan. Poco después, aprenden a relacionar y discriminar frases, objetos y situaciones de la película con las que pueden sentirse identificados en la vida real.
Es imprescindible destacar esa interminable imaginación de Alicia, la cual la transporta a un nuevo mundo; un mundo que ella misma crea, dónde existe un gato invisible e incluso cartas que conforman la guardía del castillo. Este último aspecto se desarrolla en los niños con una simple captación de la imagen o momento de la película que a continuación reviven una y otra vez.
En fin, se trata de un mundo renovador en el que todos, adultos y niños, nos encantaría participar.
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